Oh, al fin vuelvo a mi pequeño espacio, después de pasar por 3 meses en hiatus temporal. Creo que la vida me demostró demasiado en estos 90 dias y me dio un giro de 360º a la inversa. Al principio, todos creemos que somos invencibles, que nadie ni nada nos puede doblegar tan facilmente, que nadie puede morir porque estas joven o que ninguna enfermedad puede invadir a los tuyos porque "esas cosas se dan a pocas personas".
Una "pequeña" anormalidad en la salud de mi abuela, desencadenó en un cáncer de endometrio. Mucha gente puede pensar que ella, como algunas mujeres en el mundo, descuidan su salud y no se hacen sus chequeos respectivos. Es mentira: ella era una de las mujeres màs disciplinadas y ordenadas en cuanto a su salud. Todos los meses, asistía a sus citas respectivas con los diferentes médicos. Pero, ninguno de los disque galenos pudo detener el avance de esa enfermedad tan agresiva y cruel.
Rogarle a los médicos que receten algo en contra del dolor es peor que andar de mendigo y rogarle limosna a la gente. "Es que ella tiene càncer. Esos dolores son permanentes",decían los doctores que se supone que estan para velar la salud de los enfermos. Si existe ese tipo de personas en la red pública, ¿Què podemos esperar? ¿Cuàl es nuestra esperanza?
Ninguno de los "chaquetudos", pudo detectar a tiempo que esa "anormalidad" era un càncer que finalmente, se llevó la vida de mi abuela después de una lucha intensa por su vida en un quirófano y en una UCI. Hace dos semanas, ella se fue de este mundo dejándonos a todos una gran lección: No confiar NUNCA en el sistema de salud "público".
Lamentablemente hay muchos como ellos en los hospitales y clínicas, no digo que todos porque no es así, hay pocos profesionales dedicados y comprometidos a su trabajo...