Los vecinos ayudaron a pedir una ambulancia porque yo me paralicé del shock: no sabía que hacer ni que decir, solo les dije:"Por favor, ayúdenme. Necesito una ambulancia".Creo que cualquier persona reaccionaría de la misma manera o peor. Pasé en el hospital toda esa noche invadida por la ansiedad: mi cuerpo temblaba como si fuera gelatina y caminaba de un lado a otro en los pasillos de hospital, esperando una respuesta de los doctores.
A las cinco de la mañana, un médico me informó que mi abuelo estaba en estado muy grave y que tendría que ingresarlo. Su diagnóstico era incierto: nadie sabía la causa que le provocó esa reacción en su cuerpo. Decidí firmar la documentación para el ingreso. Vi que le colocaron un ventilador artificial y supe que no regresaría con vida de ese lugar. Sabía que moriría. La pesadilla de hace un año y ocho meses se repitiría: perdería al hombre que fue mi padre por más de 20 años.
A las cinco de la mañana, un médico me informó que mi abuelo estaba en estado muy grave y que tendría que ingresarlo. Su diagnóstico era incierto: nadie sabía la causa que le provocó esa reacción en su cuerpo. Decidí firmar la documentación para el ingreso. Vi que le colocaron un ventilador artificial y supe que no regresaría con vida de ese lugar. Sabía que moriría. La pesadilla de hace un año y ocho meses se repitiría: perdería al hombre que fue mi padre por más de 20 años.
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El agobio llegó a su punto cumbre ese sábado 12 de marzo. Al parecer, ese día todo jugaba en mi contra: nadie de la familia quería quedarse conmigo en esos días en mi casa, mi taxista de confianza no podía llevarme a ver a mi abuelo porque tenía otro viaje, mis padres me presionaban para que renunciara a mi trabajo, no sabía dónde o con quién dejar a mi perro porque él sufría demasiados ataques de ansiedad por la soledad.
Recuerdo que llamé a uno de mis mejores amigos y entre el llanto le solicité que por favor me llevara a ver a mi abuelo. Necesitaba verlo aunque sabía que no estaría estable y que lo encontraría con el respirador y con demasiados cables en su cuerpo.
A los 20 minutos, recibí una llamada del hospital para informarme que mi abuelo había fallecido y que era necesario que yo fuera a reconocerle y a realizar todos los trámites correspondientes. Llamé a mi amigo, quien ya venía en camino y que estaba atrapado en el tráfico de San Salvador, para informarle que mi abuelo ya se encontraba en la presencia de Dios y que finalmente, se había reunido con su esposa.
Mi amigo se ofreció a llevarme al hospital, a la funeraria, cuidar a mi perro, llevarme a la floristería, etc, mientras yo estaba invadida por la ira por mi familia y la tristeza.
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El día del entierro fue un día espantoso para mí: regresar a casa y escuchar el silencio. En ese momento, cuando miras la ropa de esa persona que tu conociste y que nunca volverás a verle físicamente.
Recordar que ese día martes 8 de marzo, tu abuelo te dijo que a qué horas regresarías a casa y que esperaría por tí. Ese sentimiento de dolor y que sientes que se te desgarrra el alma. He visto sufrir y he enterrado a mis abuelos.
Es duro asimilar la muerte y saber que ahora en adelante, debes aprender a vivir sola con todas las responsabilidades que conlleva: pagar recibos, trabajar, mantener la casa limpia, comprar comida, entre otros.
En los siguientes días, mi casa era un caos total: mi amigo vino a ayudarme a botar muebles y a mover cosas pesadas de un lado hacía otro. Además,que tengo pánico de caer en depresión o en un estado migrañoso que me invada por días.
Me enoja que la gente sea estúpida y me diga; "oh, ud es bien fuerte". Vamos, nadie está preparado para la muerte. Todos sabemos que vamos para ese camino pero nadie puede asimilar que tarde o temprano se irán o te quedarás con ese sentimiento de vacío por siempre.
Recordar que ese día martes 8 de marzo, tu abuelo te dijo que a qué horas regresarías a casa y que esperaría por tí. Ese sentimiento de dolor y que sientes que se te desgarrra el alma. He visto sufrir y he enterrado a mis abuelos.
Es duro asimilar la muerte y saber que ahora en adelante, debes aprender a vivir sola con todas las responsabilidades que conlleva: pagar recibos, trabajar, mantener la casa limpia, comprar comida, entre otros.
En los siguientes días, mi casa era un caos total: mi amigo vino a ayudarme a botar muebles y a mover cosas pesadas de un lado hacía otro. Además,que tengo pánico de caer en depresión o en un estado migrañoso que me invada por días.
Me enoja que la gente sea estúpida y me diga; "oh, ud es bien fuerte". Vamos, nadie está preparado para la muerte. Todos sabemos que vamos para ese camino pero nadie puede asimilar que tarde o temprano se irán o te quedarás con ese sentimiento de vacío por siempre.